Me he dado cuenta que cuando quiero evitar el "ya te lo dije", o "Hija eres un desastre" de mamá recurro a las amigas más experimentadas en esto de llevar una casa.
El proceso es bien sencillo, se coge un bol y se forra con papel de aluminio.A continuación se llena con agua caliente y se hecha unas cucharadas de sal para que se disuelvan. Por último introducimos nuestras joyitas en ese agua salada, esperamos unos minutos y las sacamos. Ahora solo queda secarlas y darle brillo con un paño que tengamos por casa.
La plata se queda limpia recuperando su color. ¿La explicación científica? Los iones de cloro de sal (cloruro sódico, NaCl) hacen reacción con el aluminio (Al) permitiendo su oxidación y dando como resultado que la plata sulfurada (la fea y sucia) se convierta en plata metálica (la bonita molona).
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Pd. A mi este post me ha costado dos pomodoros, no soy tan rápida como el Nene.
Yo uso ese truquito ;) menos pringoso que los potingues que venden por ahí... y si queda algun rastro, con un trapo seco se va todo... De quien habré aprendido yo esto? ;)
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