El caso es que nuestras paredes estaban (y siguen estando) vacías , y solo teníamos dos opciones o comprar algún cuadro o hacerlo nosotros.
Nos decantamos en un principio por la primera opción, pero los cuadros o láminas que nos gustaban eran demasiado caros y recurrir a Ikea no nos apetecía. Así que cuando mi novio me propuso que hiciera un cuadro inspirándome en los de Mark Rothko no me negué. Eso sí, en mi fuero interno no estaba muy convencida del resultado final, ya que si el dibujo en sí no es nada complicado la técnica utilizada por el pintor si que lo era.
El cuadro tenía que ser en tonos rojos en consonancia con nuestro salón, era lo único que teníamos claro. Después de mirar toda la obra de Rothko decidimos que el pobre cuadro que iba a ser mancillado era el siguiente:
Si os fijáis bien el color no es homogéneo, sino que clarea en algunas partes. Basándose en esto, lo que hice fue pintar todo el lienzo con rodillo con pintura acrílica (de los chinos) de color naranja. La agüé para dar ese efecto poco homogéneo. Usando la misma "técnica" (si se puede llamar así, ya que más que técnica fue intuición e inconsciencia) pinté un rectángulo amarillo arriba y otro rojo abajo. El resultado... judgar vosotros mismos;
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He de decir que al natural se ve más bonito,ya que los colores se ven más vivos y vibrantes, pero si hacía la foto con flash no quedaba bien ya que no se apreciaba la diferencia de color entre el rojo y naranja. Mi imprudencia no acabó con Rothko, sino que también he mancillado a Mondrian, pero eso os lo enseñaré en otro post.
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